Cocinarlos cuando estén lo mas frescos posible.
Lavarlos bien antes de su preparación con agua purificada.
Manejarlos con cuidado ya que se pueden deshacer fácilmente.
Cuidar que estén enteros y en buenas condiciones: no muy secos, revueltso son hojas o polvo.
Guardarlos en un lugar seco lejos de la humedad.
Comprarlos con distribuidores que le indiquen de donde provienen y cuando fueron recolectados.
lunes, 22 de septiembre de 2008
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